Ètienne
Me senté en una de las banquetas que estaban en la barra, mientras Ivonne preparaba dos de aquellos sabrosos cócteles especiales. En la espera, mi mirada vagaba por los estantes llenos de botellas de licor. Al llegar a los estantes del fondo percibí que una de ellas tenía forma de violín, y mi mente voló al pasado con el recuerdo de un amigo de la infancia.
— Ivonne cuando puedas pásame la botella esa que está allí por favor- dije señalando con el dedo índice la botella, fija la mirada en mi amiga.
— ¿la qué tiene forma de violín?- Preguntó ella volteando el rostro caminando hasta el estante para acercármela
— Sí, esa misma
Una vez la tuve en mis manos, mi rostro en el reflejo de la botella empezó a desvanecerse, apareciendo en su lugar el rostro de mi amigo. Me quedé unos segundos en silencio con semblante melancólico.
— ¿Ocurre algo Marqués?- Preguntó Ivonne, que no había dejado de observarme desde que me acercó la botella, interrumpiendo así el silencio que había invadido el local.
— Estaba recordando a Bastián. ¿Te acuerdas de él? lo conociste en París.
— Tu amigo de la infancia.- contestó Ivonne- Claro que lo recuerdo, no podría olvidarlo, formamos un trío inseparable en aquella época. Era un artista con el violín- acercó las copas ya preparadas— Cuéntame, siempre he tenido curiosidad de saber de vuestra vida antes de llegar a París.
Una sonrisa se formó en mi rostro al empezar a recordar lo que le iba a contar a Ivonne. Venían a mi mente recuerdos e imágenes junto a mi amigo, estaban algo borrosas pero aún así las recordaba con añoranza
— Está bien te contaré para que veas que yo sí comparto mi vida a pesar de que tú no quieras decirme el por qué de tus colmillos de perlas
Ivonne dio un chasquido con la lengua de protesta.
— Mira que eres pesado con eso ...- se quejó- Te lo contaré cuando sea el momento.
Dio un sorbo a su cóctel y se puso a escucharme atentamente.
— Bastián y yo nos conocíamos desde niños. Crecimos juntos en Normandía- empecé a contarle-. A él le fascinaba la música y a mí la interpretación. Es verdad que yo tocaba un poco el piano, pero él era un auténtico virtuosa del violín. Lamentablemente éramos pobres y no teníamos los recursos necesarios para poder cumplir nuestros sueños… tampoco podíamos contar con la aprobación ni la ayuda de nuestros padres, que eran muy estrictos aparte de no poder aportarme el dinero necesario, después de todo sólo trabajaban las viñas del monasterio de San Michel.
Di un sorbo a mi bebida para ordenar mis recuerdos- Nuestra vida cambió por completo cuando teníamos veinte años. Sin saber muy bien cómo pasó, una noche fría de invierno un vampiro nos convirtió durante el regreso a casa.
Había empezado a hablar y me di cuenta de que no iba a dejar de hacerlo.
- Al principio nos asustamos sin saber como sobrellevarlo. Pero en esta nueva vida, nos vimos obligados a dejar el hogar y nos dimos cuenta de que ya teníamos la posibilidad de ir a París y triunfar.
Acabé mí copa y empecé a jugar con ella pasándomela de una mano a otra antes de dejarla sobre la barra — Juntos fundamos aquel teatro…- nuevas imágenes llegaron a mi mente - Aún puedo percibir el sonido del violín cuando Bastián lo tocaba poniendo banda sonora a nuestras interpretaciones.
Me levanté de la banqueta, cerré mis ojos e imaginé que tocaba un violín tarareando la canción favorita de Bastián.
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